13 de junio de 2011


Desayuno tranquilo en la terraza. Vistas al mundo con la distancia suficiente para evitar contaminarse del estrés. Te rojo bañado por bloques de iceberg recién sacados del congelador, extrafrio. Camisa masculina como única vestimenta que mostrar al mundo.  

Brisa alborotando su pelo, jugando con las ondulaciones de su pelo dorado.  Decenas de pájaros cantando al nuevo día mientras veía amanecer la ciudad desde su escondite preferido. Tenia algo que la hacia resplandecer. Brillaba su piel con los rayos del sol. Favorecía a cualquiera iniciar el día así.

Gafas de sol extragrandes, moño desordenado en un intento de domar su pelo. Música relajante. Buena compañía.

.

3 comentarios: