20 de febrero de 2011

El rescate

Y me agarro a aquella mano que surgió de la nada. Fuerte, sujetando el peso de mi cuerpo en ella, apoyando mi futuro. Sintiendo el calor del roce, la suavidad de la juventud y la delicadeza que solemos adjudicar a los salvadores.


Agarrada como si fuese el único nexo de unión con el mundo que quería vivir, y no en el que había vivido hasta entonces. Era un escape, una bocanada de aire justo antes de la apnea, de la perdida de conocimiento. Era, para quien le guste verlo asi, la princesa siendo rescatada.


El simbolismo de volver a despertar, enfrentarse con una nueva cara cara antes de la pelea. Hace tiempo que la princesa acepto su condición.

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