Las cosas han cambiado, hemos abandonado los malos hábitos. Se recobra el hábito del sueño, las necesidades básicas, volvemos a sentir y padecer. Todos esos sentimientos de abatimiento han desaparecido y a paz (relativa por supuesto) ha vuelto a reinar en el reino de las tempestades.
Desayuno con las amigas, tranquilo, sin prisas, sin tener que pensar en volver a la biblioteca. Café con leche, croissant, una terracita tranquila y muchas conversaciones trascendentales intentando cambiar el mundo. Así el día a día si que merece la pena.
Desde luego, las cosas se ven mejores desde la terraza de un séptimo piso con los últimos rayos del sol bañando tu cuerpo y una taza de poleo-menta para celebrar que se puede volver a disfrutar del día a día.
Blanca
lovely!
ResponderEliminarYou have a gift for writing! I really enjoyed your posts! It's important to appreciate the little things in life! xoxoxoo
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